martes, 20 de mayo de 2008

Sociedad y cambio climático. Semana en torno al día mundial del medio ambiente


Sociedad y cambio climático.
Semana en torno al día mundial del medio ambiente. Mesas redondas, libros y propuestas.


Miércoles 4 de Junio a las 8 de la tarde:
Presentación del libro “Salvemos Nuestro Planeta” (tecnología, economía, y filosofía para la sostenibilidad de nuestro modo de vida) de José Galindo Gómez. Miembro de la asociación Aulaga y voluntario de Greenpeace
(Un apéndice del libro se incluye en la "Cadena Verde". Se puede comprar en: http://www.lulu.com/content/2052215. Otros trabajos y recopilaciones del autor se encuentran en: http://www.resumelibros.tk)

Lugar: C/ Comedias nº 5

Jueves 5 de Junio , por la mañana en la Plaza de la marina (Málaga).
Campaña de difusión en el Stand del grupo GEA para la preservación del Monte Victoria , en el marco de la celebración organizada por el Área de Medio Ambiente, del ayuntamiento de Málaga


Jueves 5 de Junio , 8 tarde.
Seminario breve de buenas practicas ambientales.
¿Cuánto consumimos?, ¿cuánto podemos ahorrar?. (Hábitos y costumbres saludables en la vida de hoy para la preservación del mañana) Desarrollado por el Grupo GEA
Lugar: C/ Comedias nº 5

Viernes 6 a las 8 de la tarde:
Mesa redonda “raíces culturales e históricas del deterioro ambiental”.
Participan: GEA, Asoc. UNESCO para el diálogo, Organización internacional Nueva Acrópolis, SEO.
Lugar: C/ Comedias nº 5

Todos los actos del foro será de entrada libre hasta completar aforo.

lunes, 19 de mayo de 2008

Foro social permanente ESFERA : Fines y objetivos


Este foro social permanente nace promovido por la Organización Internacional Nueva Acrópolis en Málaga, con la colaboración de la Asoc. UNESCO para el diáogo en Málaga, GEA y varias asociaciones de caracter medioambiental, humanitario y social, con la intención de aunar esfuerzos y trabajar en red con las diversas organizaciones cuyos objetivos se dirigen hacia los fines propuestos

Se propone
Analizar en profundidad las causas de los grandes desequilibrios sociales y ecológicos, y de los graves problemas que aquejan a la humanidad. Tratar de aportar soluciones positivas, sensibilizar y promover proyectos concretos.

Para ello el marco serán:

OBJETIVOS DEL MILENIO
Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre
Objetivo 2: Lograr la enseñanza primaria universal
Objetivo 3: Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer
Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil
Objetivo 5: Mejorar la salud materna
Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades
Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
Objetivo 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo

CARTA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Este foro parte de la idea que si bien los problemas son complejos y diversos tienen una gran confluencias de causas comunes y convergentes.

Se basa en una triple formula de trabajo

a) Estudio y análisis de las diversas realidades actuales, sus causas y posibles soluciones.
b) Sensibilización social, información y educación.
c) Promoción, apoyo y puesta en marcha de proyectos concretos.

Estos fines se pretende desarrollar a través de:
.-Observatorio de la realidad social y del planeta. Implicaciones globales y locales y estudio de las convergencias
.-Observatorio de cumplimiento de los compromisos nacionales e internacionales por parte de las administraciones y empresas privadas tanto en el ámbito de los derechos humanos, como los tratados y convenios internacionales
.-Traslado a la sociedad de ideas, proyectos, denuncias y conclusiones en torno a los graves problemas y retos del milenio.
.-Promoción de las bases de una ética universal como verdadero pilar que puede regenerar la actuación humana en los campos sociales y de medio ambiente, en las relaciones internacionales y la aplicación de los derechos humanos y los deseos de paz y tolerancia
.-Promoción en la sociedad del conocimiento como impulsor y sostenedor de un desarrollo global sostenible que contemple el aspecto humano y no solo tecnológico de las sociedad y los individuos

Para ello se propone realizar:
Mesas redondas, conferencias, estudios, exposiciones y congresos; publicaciones impresas y virtuales; campañas de sensibilización; cursos de capacitación; acciones de voluntariado y participación en foros afines

jueves, 15 de mayo de 2008

Power point: La cultura, un camino de convergencias

Este power point educativo nos muestra el valor de la convergencia de todos los factores que constituyen la Cultura como motor civilizatorio. La visión global en la construcción de lo humano enriquece nuestros pasos en el verdadero desarrollo que, o es integral, o no será sostrenible.
Power point para descargar

Power point: EL MANIFIESTO AMBIENTAL DE NOAH SEALTH

Presentamos este power point para su difusión con un contenido excepcional: El más bello manifiesto medioambiental que se conoce: La carta del jefe indio Noah Sealth, 1854
En el año 1854 el jefe indio Noah Sealth respondió de una forma muy especial a la propuesta del presidente Franklin Pierce para crear una reserva india y acabar con los enfrentamientos entre indios y blancos. Suponía el despojo de las tierras indias. En el año 1855 se firmó el tratado de Point Elliot, con el que se consumaba el despojo de las tierras a los nativos indios. Noah Sealth, con su respuesta al presidente, creó el primer manifiesto en defensa del medio ambiente y la naturaleza que ha perdurado en el tiempo. El jefe indio murió el 7 de junio de 1866 a la edad de 80 años. Su memoria ha quedado en el tiempo y sus palabras continúan vigentes.
Power point para descargar

Power point: La sociedad está enferma.

El panorama del mundo actual está repleto de contrastes. Grandes conquistas Humanas, sociales y tecnológicas se mezclan con las crecientes guerras, desequilibrios sociales, luchas fraticidas y deshumanización de las sociedades

El impulso creciente aumenta en la dirección del fanatismo, el desinterés y la deshumanización….
…Gran parte de la sociedad está enferma.

Power point: Pensamientos para una educación integral


Este recurso en power point gira en torno a la necesidad del fortalecimiento de un educación global, que pueda dar al ser humano una base que le permita conocerse a si mismo, a su tiempo y a su historia, así como a la naturaleza de la que forma parte, para ayudar al individuo a trazarse un sólido sentido de la vida
Si queremos promover un autentico desarrollo debemos tener presente aquella frase que decía:
"No basta con levantar al débil. Es necesario sostenerlo despues ... entonces, hagasmoslo fuerte a través de la educación"

martes, 13 de mayo de 2008

Los Objetivos del Milenio

Los Objetivos del Milenio

Frente a los Objetivos del Milenio se encuentra la Humanidad entera. No son cuestiones opinables o matices subjetivos de una cuestión teórica. Son la respuesta decente a una realidad aplastante de injusticias y extremos que van más allá de lo definido como humano.
Los Objetivos del Milenio propuestos por la ONU para arrinconar la pobreza extrema, la miseria que nunca debió conocer el género humano, la injusticia y la ignominia que supone ignorar la dignidad de las personas y someterlas mediante la ignorancia, la explotación suicida de la Naturaleza hasta rebasar todas los límites, los Objetivos del Milenio, repito, que han puesto sobre la mesa todos los países del mundo a través de la ONU para superar la mayor situación de desamparo que ha conocido la Humanidad en toda su historia, deben ser conocidos de memoria por todos nosotros, por dos razones fundamentales:
para que no se nos olvide la responsabilidad que tenemos de contribuir a su cumplimiento, y
para que aquellos que sean más responsables de haber llegado a esta situación crítica, o que se aprovechan de ella en su propio beneficio, no sigan contando con nuestro desconocimiento y desidia.
Los Objetivos del Milenio surgen de la Declaración del Milenio, del año 2000, y plantean el alcanzar una serie de metas, concretas y medibles, para 2015, con el apoyo y decisión política de todos los países. Es un intento sin precedentes, de intentar solucionar los mayores problemas que aquejan a la Humanidad, desde todas las partes implicadas y asumiendo que sólo pueden superarse desde el respeto a los derechos humanos.

Los Objetivos del Milenio son ocho, con 18 metas y 48 indicadores concretos para medir el avance hacia estos objetivos. Desde Nueva Acrópolis creemos importante y necesario difundir estos Objetivos, como a continuación hacemos:


Objetivo 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Meta 1. Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día
Meta 2. Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padezcan hambre.



Objetivo 2. Lograr la enseñanza primaria Universal.
Meta 3. Velar por que, para el año 2015, los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria.



Objetivo 3. Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer.
Meta 4. Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza antes de fines de 2015.



Objetivo 4. Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años.
Meta 5. Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad de los niños menores de 5 años.



Objetivo 5. Mejorar la salud materna.
Meta 6. Reducir, entre 1990 y 2015, la mortalidad materna en tres cuartas partes



Objetivo 6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.
Meta 7. Haber detenido y comenzado a reducir, para el año 2015, la propagación del VIH/SIDA.
Meta 8. Haber detenido y comenzado a reducir, para el año 2015, la incidencia del paludismo y otras enfermedades graves



Objetivo 7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
Meta 9. Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos del medio ambiente.
Meta 10. Reducir a la mitad para el año 2015 el porcentaje de personas que carezcan de acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento.
Meta 11. Haber mejorado considerablemente, para el año 2020, la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de tugurios.



Objetivo 8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
Meta 12. Desarrollar aún más un sistema comercial y financiero abierto, basado en normas, previsible y no discriminatorio.Se incluye el compromiso de lograr una buena gestión de los asuntos públicos, el desarrollo y la reducción de la pobreza, en cada país y en el plano internacional.
Meta 13. Atender las necesidades especiales de los países menos adelantados. Se incluye el acceso libre de aranceles y cupos de las exportaciones de los países menos adelantados; el programa mejorado de alivio de la deuda de los países pobres muy endeudados y la cancelación de la deuda bilateral oficial, y la concesión de una asistencia para el desarrollo más generosa a los países que hayan expresado su determinación de reducir la pobreza.
Meta 14. Atender las necesidades especiales de los países en desarrollo sin litoral y de los pequeños Estados insulares en desarrollo (mediante el Programa de Acción para el desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo y las decisiones adoptadas en el vigésimo segundo período extraordinario de sesiones de la Asamblea General).
Meta 15. Encarar de manera general los problemas de la deuda de los países en desarrollo con medidas nacionales e internacionales a fin de hacer la deuda sostenible a largo plazo.
Meta 16. En cooperación con los países en desarrollo, elaborar y aplicar estrategias que proporcionen a los jóvenes un trabajo digno y productivo
Meta 17. En cooperación con las empresas farmacéuticas, proporcionar acceso a los medicamentos esenciales en los países en desarrollo a un costo razonable
Meta 18. En colaboración con el sector privado, velar por que se puedan aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías, en particular de las tecnologías de la información y de las comunicaciones



Si quieres conocer los indicadores y datos sobre la marcha hacia el cumplimiento de estos objetivos, consulta:
http://millenniumindicators.un.org/unsd/mispa/mi_goals.aspx?



Comprobarás todo lo que queda por hacer.

Desde Nueva Acrópolis te animamos a que te intereses por esta gran acción que se está llevando a cabo, y que eches una mano.





Manuel J. Ruiz

Desarrollo sostenible

Hacia un nuevo modelo de sociedad
Las estrategias propuestas para usar tecnologías más limpias, no parece que vayan a evitar la amenaza de un colapso ambiental global, si se sigue el actual ritmo de crecimiento y uso de recursos. Las políticas internacionales han de definir el futuro modelo de sociedad que conlleve una existencia digna para todos, invirtiendo el esquema de valores actual sobre el concepto de riqueza.
El desarrollo sostenible ha acabado siendo uno de esos términos empleados hasta la saciedad, constituyendo una suerte de lugar de destino común de múltiples propuestas de análisis y acción de nuestra sociedad occidental y un punto de encuentro de las tendencias y posicionamientos más antagónicos.
Qué es el desarrollo sostenible.
El informe presentado en 1987 por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo a Naciones Unidas, conocido como Informe Brundtland, definió como desarrollo sostenible el “desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. Posteriormente, a esta definición se le han buscado equivalentes diversos: “vivir de los intereses y no del capital”, “economía de la permanencia”, “ecoeficiencia, mayor productividad de los recursos disponibles en particular los no renovables o de uso limitado”, “más calidad de vida con menos recursos y para todos”. Pero la trascendencia política del término desarrollo sostenible se deriva de la Declaración de Río, adoptada en el seno de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo en 1992.
En la Cumbre de la Tierra, como también se conoció a dicha Conferencia, se constituye un documento base, con rango internacional y con un amplio respaldo, en el que se impulsa una estrategia global que contempla por primera vez una política integrada y de desarrollo teniendo en cuenta no sólo la generación actual sino las generaciones futuras.
En el seno de las Naciones Unidas, la Declaración de Río constituye el punto de partida, incorporando 27 Principios y el Programa de Acción o Programa 21, como marco operativo para el desarrollo e instrumentación de una política ambiental mundial.

El Principio 1, por sí solo, es todo un referente: “Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza”.

La trascendencia política del proceso iniciado en la Cumbre de la Tierra se debe principalmente a su orientación hacia el futuro, su ámbito internacional, que sitúa el desarrollo sostenible como un objetivo a lograr a escala mundial y la definición que propone para el desarrollo sostenible, donde se combinan por primera vez sus tres dimensiones, la económica, la social y la ambiental.
En dicha Conferencia de Río, además se alcanzaron dos convenios internacionales de alcance y contenido muy importante: el Convenio sobre Diversidad Biológica y el Convenio sobre Cambio Climático. También, como resultado de esta Conferencia, se firmó en París en 1994 la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.
Piensa global, actúa local.
Europa comienza su andadura bien definida en materia de desarrollo sostenible con el Tratado de Amsterdam en 1997, que lo incluye entre los principios fundamentales de la Unión Europea. Posteriormente, los Consejos Europeos de Helsinki de 1999, Lisboa de 2000 y Estocolmo de 2001 dieron pie al desarrollo de algunos documentos previos a la Estrategia de Desarrollo Sostenible de la Unión Europea, que se adoptó en el Consejo Europeo de Gotemburgo de 2001.
En España, los esfuerzos por no perder el tren de la sustentabilidad ambiental dan su fruto a finales de 2001, cuando el Ministerio de Medio Ambiente elabora un documento de consulta de la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible (EEDS) para los próximos 25 años, siguiendo las mismas directrices y principios de la Declaración de Río y de la Estrategia aprobada ese mismo año en Gotemburgo. Dicho documento de consulta se encuentra en fase de revisión e información pública, habiendo recibido ya un informe del Consejo Económico y Social, que sugiere abundantes correcciones a la EEDS.
Con respecto al progreso social, la EEDS persigue los objetivos de erradicación de la pobreza y aumento de la calidad de vida. Debe integrar el principio de solidaridad intra e intergeneracional. En el uso racional de los recursos, el diseño de las nuevas políticas deberá tener en cuenta la naturaleza renovable y no renovable de los mismos, el grado de reversibilidad de los procesos de explotación/transformación, y la capacidad del medio ambiente para absorber las incidencias y sus efectos. Además, es necesario considerar el ciclo de vida de los productos y aplicar los principios de precaución, la internalización de costes ambientales y la evaluación del impacto ambiental.

Por último, para el desarrollo económico, es necesario modificar los parámetros de base en la economía tradicional, producción y consumo, para conseguir pautas sostenibles. Se propone la utilización de costes reales, la eficiencia de producción, información (eco-etiquetado) y formación al respecto.
Paralelamente, en algunas Comunidades Autónomas, como es el caso de Andalucía, se ha redactado, de mano de un equipo multidisciplinar de expertos, un documento denominado Bases para la Agenda 21 de Andalucía, que adapta a las singularidades socio-económicas y ambientales de esta región el esquema de actuación elaborado en el Programa 21 de la Declaración de Río, estimulando a las Diputaciones Provinciales al impulso de la configuración de Agendas 21 locales, adaptadas a las características de los municipios, pero con el mismo espíritu del desarrollo sostenible sustentado en los pilares económico, social y ambiental.
Como vemos, el proceso se ha ido dibujando desde una esfera mundial hasta el ámbito local, y esta debe ser una de las claves del éxito del esquema de desarrollo sostenible, puesto que depende de todos y cada uno de los ciudadanos, al mismo tiempo que de políticas y decisiones internacionales. Hay problemas, como el Cambio Climático, que requieren de un consenso mundial, y otros como la Participación Ciudadana, que requieren del cauce local. En este sentido cobra realidad la consigna “Piensa global, actúa local”.
Negativas y contradicciones.
El último paso (o mejor dicho “no paso”) que se dio en materia de desarrollo sostenible, fue la Cumbre Mundial de Johannesburgo en 2002, que debía haber sido el motor de impulso de la Declaración de Río y todos los convenios posteriores, algunos tan importantes como el de Kyoto de emisión de gases invernadero. Sin embargo, los Estados Unidos encabezaron, con otros pocos países industrializados y responsables de un buen porcentaje de las actuaciones insostenibles, la negativa a suscribir esfuerzos de remodelación y ajuste.
Todos estos planes y estrategias de los gobiernos y estructuras supranacionales, han tenido su réplica en foros y movimientos no gubernamentales, que han puesto de manifiesto su disconformidad con algunos planteamientos (por considerarlos ambiguos), y han elaborado sus propias propuestas. En el caso de España, el documento de consulta de la Estrategia Española para el Desarrollo Sostenible, ha sido muy contestado por el movimiento ecologista, el cual ha elaborado otro denominado “225 medidas para el Desarrollo Sostenible”.
La idea de fondo del modelo de desarrollo sostenible propuesto para la Unión Europea y sus países miembros, cuyo impulso pretende liderar al resto de naciones, no difiere en mucho del actual modelo económico, pues se sigue fundamentando en el liberalismo económico, pero internalizando los costes ambientales en la contabilidad empresarial, por lo que necesita del empleo de tecnología más limpia y mayor cohesión social como única solución para resolver la ecuación.
Según la propia terminología empleada en el documento europeo: el desarrollo sostenible ofrece a la Unión Europea una visión positiva a largo plazo de una sociedad más próspera y justa y que promete un medio ambiente más limpio, seguro y sano... una mayor calidad de vida, para nosotros, para nuestros hijos y para nuestros nietos. Para conseguirlo en la práctica es necesario que el crecimiento económico apoye al progreso social y respete el medio ambiente, que la política social sustente los resultados económicos y que la política ambiental sea rentable. Todo esto, conjugarlo dentro de las normas y características de nuestro modelo de sociedad y de economía es, cuando menos, contradictorio e insostenible a largo plazo.
Modificar políticas y pautas de consumo.
Con todo, hay cierta audacia en los planteamientos de la Comisión Europea. Según se refiere el propio texto, para contrarrestar estas tendencias insostenibles y alcanzar la visión que ofrece el desarrollo sostenible, se necesita: una actuación urgente, un liderazgo político con compromisos claros y amplias miras, un enfoque nuevo en la formulación de políticas y una responsabilidad internacional. En diversas partes se insiste en la necesidad de modificar las políticas actuales, de que el desarrollo sostenible debería pasar a ser el objetivo central de todos los sectores y todas las políticas, de la necesidad de evaluar todos los efectos, de que la adaptación al desarrollo sostenible tendrá que conseguirse mediante cambios en nuestras pautas de consumo (si no se consigue una tecnología más limpia y eficiente).
Pese a muchos defectos y carencias que manifiestan los diferentes documentos oficiales acerca del desarrollo sostenible, debemos valorar muy positivamente el hecho de que la protección del medio ambiente ha dejado de ser una declaración de buenas intenciones para convertirse en una cuestión del máximo interés político y social, con un marco de normativa aplicada cada vez más amplio.
Ya nadie duda de que es necesario dar soluciones al deterioro generalizado del medio ambiente. Lo que ocurre es que falta liderazgo político para adoptar las medidas más urgentes, y lo que es más grave, en los planteamientos “oficiales”, se mantiene el mismo esquema de economía liberal de mercado. Sin modificar el esqueleto del crecimiento económico, se confía el éxito de las estrategias para el desarrollo sostenible en el desarrollo de una tecnología más limpia y eficiente y en una suerte de “moralización” social en cuanto al consumo.
Esta postura ya se ha puesto de manifiesto como insuficiente según un informe que se elaboró para el Club de Roma, titulado Más allá de los límites del crecimiento. En dicho estudio se han creado situaciones del mundo en un futuro a corto, medio y largo plazo, según una simulación por ordenador que modeliza la realidad compleja de interrelaciones. En virtud de esta técnica, se puso de manifiesto que el empleo exclusivo de tecnologías limpias no era suficiente para evitar un colapso ambiental global (al que estamos abocados en varias décadas al ritmo actual de crecimiento y uso de recursos), pues lo único que hacía era retrasar dicho colapso. La única opción viable (de los diversos escenarios que baraja el informe) es la reducción considerable de los recursos consumidos per cápita, además de una equitativa distribución de los mismos, el empleo de tecnologías limpias, el límite al crecimiento demográfico, etc.
Hacia una nueva definición de riqueza.
Habría que hacer realidad la máxima que afirma que “no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita”, en el más puro estilo estoico. La EEDS menciona que la idea de desarrollo sostenible conlleva en el fondo replantearse el paradigma de la riqueza material como único componente del proceso de mejora del bienestar.
Para alcanzar las metas propuestas en el concepto de desarrollo sostenible es necesario, además de una puesta a punto de tecnologías eficientes y limpias, el definir el modelo de sociedad que se quiere potenciar, las necesidades que hay que garantizar para asegurar una existencia digna para todos, y los espacios y recursos tanto materiales como humanos que deben habilitarse para la realización completa de los componentes individuales de la sociedad.
Para llegar a esa necesaria “austeridad” de consumo no puede emplearse la vía de la imposición (puesto que surgen los enfrentamientos y la inestabilidad social), sino que es a través de la formación como los ciudadanos podemos ir invirtiendo nuestro esquema de valores exclusivamente materialista hacia los horizontes donde se recrean las ideas, el pensamiento, el arte, la sensibilidad, el ámbito, en definitiva, que nos define como seres racionales.
Por desgracia, son pocos los instrumentos que se proponen, en todos estos planes y estrategias, para impulsar esta formación individual que proporcione el giro natural hacia metas menos materialistas, menos dependientes de los recursos naturales. Sin embargo, no por ello están invalidados. Hay muy buenos propósitos vertidos en la Declaración de Río y en la Estrategia Europea para el Desarrollo Sostenible, así como normativas proteccionistas (impensables hace pocos lustros) y planteamientos políticos audaces, que necesitan del compromiso decidido y urgente de todos los ciudadanos.
Antes se ha mencionado cómo se van articulando los planes desde una escala global e internacional hacia una parcela más local y próxima al ciudadano. Es esa parcela la que requiere de nuestra firme voluntad de tomar conciencia de los efectos de nuestra vida, y corregir todo lo que esté en nuestra mano. Hay muchos actos cotidianos sobre los que poner atención y existe ya mucha información al respecto por parte de autoridades y ONGs. Paralelamente, debemos ir aprendiendo a disfrutar de nuestro universo mental, que nos ayudará con la máxima: No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita.


Manuel J. Ruiz

Bibliografía
·Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Naciones Unidas (1992). http://www.un.org/esa/sustdev/agenda21sp/riodeclaration.htm
·Desarrollo sostenible en Europa para un mundo mejor. Estrategia de la Unión Europea para un desarrollo sostenible. Comisión Europea COM (2001). Unión Europea. http://europa.eu.int/eurlex/es/com/cnc/2001/com2001_0264es01.pdf
·Estrategia de Desarrollo Sostenible de la Unión Europea. Comisión Europea. Unión Europea. (2001) http://europa.eu.int/
·Estrategia Española de Desarrollo Sostenible. Ministerio de Medio Ambiente. http://esp-sostenible.net/
·Los Mitos del Siglo XX. Livraga, J.A. 1988. Editorial N.A.
·Más allá de los límites del crecimiento. Meadows, D.H., Meadows, D.L. y Randers, J. M. 1992. El País-Aguilar.

Propuestas para una Paz duradera


Propuestas para una Paz duradera.

(Extracto de ponencia presentada en el IV congreso de diáologo intercultural e interreligioso en Málaga organizado por la A. Unesco de diálogo)

No es raro ver en cualquier época del año cómo desde diversas instituciones se promueven campañas, foros y actos de sensibilización en torno a la Paz y la concordia de los pueblos.Todos estos impulsos no sólo son loables sino que se hacen imprescindibles en un mundo globalizado por la economía, pero no tanto por valores universales.
Es alentador ver una cada vez mayor sensibilidad al problema y observar cómo surgen por todos lados iniciativas y movimientos que tratan de promover la Paz, el único marco posible donde el hombre puede desplegar toda la riqueza de su condición humana.
Se trata de iniciativas que quieren hallar puentes de comunicación cargados de cordura que se eleven sobre aquello que nos separa para encontrarse en lo universal y humano que nos une. Y la mayor parte de estas iniciativas llegan a la misma conclusión: que los tratados basados en intereses socioeconómicos, si no tienen un respaldo de verdadera formación y cultura humanista de las sociedades, en la fraternidad y unidad esencial de la humanidad, no funcionan, simplemente posponen los conflictos, mientras crece el resentimiento y el odio. El diálogo no se impone, sino que nace de la calidad humana, alejada de los fundamentalismos, los egoísmos y los miedos.He reunido, a modo de notas, algunas ideas que me parecen muy interesantes a la hora de hablar de la necesidad de construir en el mundo una Paz sostenible, y que resumen, aunque no agotan, muchas de las propuestas que en torno a la Paz plantea la filosofía, en un intento de llevarnos a la raíz del problema.
Si de concordia y diálogo hablamos es necesario un reconocimiento de la dignidad de ?el otro?, un verdadero amor y no solo respeto por la humanidad, reconociendo que más allá de mi postura y mi verdad, y de la verdad del otro y su postura, existe un punto armonizador superior que las contiene a ambas y las trasciende. A ello deberíamos aspirar superando nuestros prejuicios y apegos a costumbres y elementos que, aunque útiles en un momento dado, necesariamente son circunstanciales, epocales y sujetos al cambio.
Se hace imprescindible distinguir lo temporal y secundario de lo atemporal y universal. A veces nos aferramos más a las formas que a los valores profundos.Para que haya Paz, es preciso restaurar la credibilidad en el hombre, en los líderes religiosos y políticos, en las sociedades, en los individuos. Para ello nada tan preciso como la autenticidad y la coherencia con uno mismo.Debemos reconocer de una vez por todas, el poder inductor de ideas, actitudes y comportamientos que tienen los medios masivos de comunicación, a escala planetaria. Si somos capaces de legislar considerando que el ver el tabaco en los escaparates de un estanco promueve su consumo, ¿qué promueve lo que todos los días, en todas las casas de todos los lugares del mundo se ve en televisión?
Necesitamos recordar que el camino hacia la Paz y los verdaderos bienes para la humanidad están más vinculados al despertar del propio discernimiento y madurez interior que a la obediencia ciega a unas leyes, sean civiles o religiosas. La bondad y la inteligencia, si no nacen de un manantial interior, no son reales.
Es necesario la superación en gran parte de ese egoísmo que nos hace mirar para otro lado cuando se trata de perder algunas de nuestras comodidades o prerrogativas en aras del bienestar de todos.
Sin un desarrollo económico sostenible básico, que erradique la pobreza del mundo, los hombres y pueblos que luchan por su supervivencia y no alcanzan un marco digno en el que desarrollarse como personas, no entienden más razones que las de su propia desesperación. Y ese compromiso ha de ser asumido por los dirigentes políticos de forma real y auténtica.No podemos pretender ?diálogo por la Paz? con pueblos desesperados solo porque su desesperación pone en peligro nuestro bienestar.
Es peligroso, en la búsqueda de consenso, caer en la comodidad de relativizarlo todo, actitud que no nos lleva a ningún compromiso en la vida. La Paz no es una actitud de derrota y abandono sino de la conquista sostenida de los valores que unen.
Tal vez vaya llegado el momento de que valoremos más los bienes que producen para la humanidad la Concordia que el petróleo.
Podríamos añadir más y más cosas, las mismas que al hilo de la reflexión se te han ido ocurriendo a tí, lector, pero lo cierto es que es hora de un verdadero compromiso individual con la Paz, porque la Paz ha de nacer primero, no de los pactos entre los hombres, sino de un pacto intimo y personal, que se exprese en rectitud, generosidad, sabiduría y amor.
Miguel Angel Padilla

lunes, 12 de mayo de 2008

El Hombre y la Naturaleza


EL HOMBRE Y LA NATURALEZA

Sin duda alguna, si la especie humana no existiese, la Tierra sería diferente a como la conocemos actualmente, tanto por las transformaciones que hemos operado sobre ella, como por el fundamento ecológico de que el sistema depende de todas las especies que lo integran. Si faltase alguna otra especie también sería diferente, aunque quizá en otro grado de apreciación. El hombre está integrado en el engranaje de la Tierra como puede estarlo cualquier otro ser o elemento, en el sentido de que está sujeto a sus leyes. Todo lo que hace repercute en el resto del sistema, igual que todo lo que hacen el resto de los seres. Sin embargo los sistemas no siempre pueden asimilar las acciones del hombre. Lo que sucede en nuestra época es consecuencia de todo esto: estamos accionando mucho y muy deprisa en todos los sistemas que integran el planeta, de tal manera que éstos no pueden asimilar las reacciones que generan nuestras acciones.


De la comprensión de los conceptos fundamentales de Ecología, surgen dos consecuencias prácticas:

· Es inevitable que nuestra acción cause una reacción en el medio ambiente. Por lo tanto, debemos buscar las acciones que causen reacciones más asimilables por el resto de la Naturaleza.

· Ocupamos un lugar dentro de la Naturaleza. Si lo conociésemos y actuásemos en consecuencia, posiblemente nuestras acciones no serían tan intensas ni antinaturales. El problema principal está en descubrirnos a nosotros mismos, nuestras características, nuestro lugar, nuestras posibilidades.

Actualmente estamos más de 5.300 millones de seres humanos en la Tierra, con un crecimiento de unos 250.000 habitantes diarios. No somos ni mucho menos una de las especies más numerosas del planeta. Sin embargo, nuestra capacidad de provocar acciones, y por tanto reacciones, es tremenda, sin parangón en la historia conocida de nuestro planeta.

Esto plantea una pregunta interesante: ¿Por qué la Naturaleza ha creado un ser que puede destruirla?. De alguna manera, todos los desastres que provocamos podríamos achacárselos a la Naturaleza, pues éstos provienen de nuestra principal característica natural: la inteligencia, juntamente con todas las demás funciones psicológicas, complejas y humanas.

Sin embargo, este razonamiento no resulta verdadero, pues nos consta que el hombre, en otras épocas de su Historia, ha sido tremendamente respetuoso con el medio ambiente, sumergiéndose perfectamente en los ciclos vitales.


No es un problema de error de nuestro diseño, no podemos ampararnos en que somos seres de la Tierra para justificar nuestras acciones o esperar que la Naturaleza lo arregle todo. Es una falta de ubicación de todos y cada uno de nosotros; hemos perdido nuestro rumbo, hemos confundido nuestro lugar en la Naturaleza.

Para ver mejor este hecho, pongamos un par de ejemplos: imaginémonos una población de elefantes en su medio ambiente natural, la sabana africana, con grandes extensiones de pastos y zonas arboladas. Todo encaja. Y pese al tremendo impacto que ocasione este animal, el sistema está adaptado para absorberlo. Sin embargo, traslademos estas poblaciones a las dehesas de sierra Morena o de Extremadura. El desastre será total.

El lugar no es solamente un atributo espacial, sino también temporal o funcional. Imaginemos que todo el gran grupo de seres que trabajan en la descomposición no “quisiera” seguir descomponiendo la materia orgánica muerta. En poco tiempo, el resto de los seres vivos sucumbiríamos enterrados en desechos y excrementos. Todo es un problema de no ocupar el lugar correspondiente.

Por lo tanto, paralelamente a la restauración del equilibrio natural, debemos encontrar nuestro rumbo como Humanidad. Si no encontramos nuestro lugar natural, de nada sirve que desarrollemos una tecnología impecable; seguiremos accionando en exceso los resortes de la Naturaleza.

¿Cuáles son nuestras características?. Veamos en lo que coincidimos con el resto y en lo que somos únicos, de igual manera que cada especie es coincidente y única a la vez. Al determinar esto, ubicaremos nuestro lugar natural.

Por ejemplo, un zorro tiene puntos en común con los minerales, con las plantas, con los insectos, con los vertebrados, con la familia de los cánidos, pero hay algo (un conjunto de atributos) que lo diferencia de todos los demás y que es justamente lo que le hace ser zorro y no un animal cualquiera. Esa diferencia es la que le da su función en el sistema, y cuando deja de tenerla se funde con la materia y energía del resto del sistema.

· Tenemos en común con los minerales toda nuestra estructura atómica, incluso buena parte de la estructura molecular. Obedecemos a las mismas leyes físicas que ellos. Pero no somos un mineral.

· Tenemos en común con los vegetales la organización molecular orgánica, que posibilita la retención y circulación de la energía, los principios de organización celular e incluso histológica. Pero no somos una planta.

· Tenemos en común con los animales la capacidad de movilidad y, fundamentalmente, de actuar en orden a impulsos psicológicos y no únicamente energéticos. Pero no somos animales.

· Hay algo que tan sólo tenemos nosotros: la capacidad de actuar por impulsos mentales y espirituales, con todo lo que ello significa. Tenemos todo un universo de facultades internas, individuales e intrasferibles. Todo este vasto mundo de inteligencia, razón, sentimientos, imaginación, intuición, voluntad y poder hacer, delimita nuestras características. Y de igual manera que el lugar del zorro se determina por las propiedades únicas del zorro, el lugar del hombre se determina por las características únicas que tenemos los seres humanos.

Dicho de otra manera, si en virtud de nuestra parte coincidente con los animales nos igualamos a ellos, introducimos el desequilibrio acentuado por nuestro potencial de acción.


Sin embargo, la tónica del hombre, especialmente desde la última Edad Media, ha sido ir limitándose a ocupar los niveles de coincidencia con el resto de los animales, es decir la preocupación exclusiva por las necesidades primarias.

Según todo lo anterior, un hombre natural no es tan sólo el que consume productos naturales, sino aquel que desarrolla todas sus facultades, tanto las coincidentes con el resto de los seres, como especialmente las que le dan identidad propia.

Nuestra responsabilidad por el estado actual de la Tierra, por la situación desesperada en que se encuentra la Humanidad, es real y tangible. Cada día tomamos cientos de decisiones que afectan al planeta directamente y materialmente. Es irreal echarle toda la culpa a los políticos, a las multinacionales o a las ideologías.

Cualquier cambio que nos imaginemos pasa por una sucesión de pequeñas variaciones que de no darse, no provocan ese cambio. Es la importancia de lo pequeño, que por ser pequeño, se subvalora.

Cierto que hay determinadas actitudes y acciones que solamente pueden adoptar las autoridades a través de sus poderes, pero en contra de lo que parece, la postura más importante para conservar la Naturaleza no es la que puedan adoptar los gobiernos o los grandes grupos con acciones espectaculares sino el esfuerzo individual y continuado.

Cualquier persona que desarrolle plenamente las facultades que nos son propias como seres humanos; es decir, que “alimente” con “Productos naturales” su inteligencia, sus sentimientos y su cuerpo; que aliente la imaginación, la creatividad, el poder de la voluntad; que valore el poder de las leyes naturales y encuentre satisfacción con las actividades propias de la sensibilidad mental, reduce el impacto negativo sobre el ambiente.

Una sociedad que se construya bajo los supuestos del desarrollo individual descrito puede mantenerse de manera indefinida, porque enriquece el ambiente en lugar de degradarlo.

Manuel J. Ruiz





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sábado, 10 de mayo de 2008

El Mundo tiene hambre


El estado de carencia absoluta de alimentos para muchos seres humanos es uno de los mayores males de nuestro mundo. Pero existen otros tipos de carencias más sutiles, que no aparecen en las estadísticas, pero que van minando a aquellos que las sufren.
Los medios de comunicación nos tienen acostumbrados a las más macabras imágenes que reflejan el estado de carencia absoluta en que se encuentran muchos seres humanos. El hambre es como una garra feroz que supera en mucho a las más crueles de las enfermedades y, al igual que con esos males incurables, no se encuentra un remedio rápido y práctico para detenerla.
Pero creemos que la cosa va más allá todavía y que el hambre no hace presa solamente de los cuerpos, sino que va minando paulatinamente cuanto caracteriza a la humanidad. Por eso especificaremos algunos de los ámbitos en que la miseria se deja notar con más potencia.


Hambre física
Son muchos, millones, los que no tienen nada para comer. Sólo en África, y a tenor de las estadísticas, han muerto de hambre más de treinta millones de personas en los últimos años...
Se podría creer que el hambre afecta a quienes viven en tierras pobres, desérticas, y en parte es verdad. Pero también mueren de inanición quienes tienen tierras fértiles a su disposición, aunque sin medios ni capacidad para explotarlas y aprovecharlas. Hoy por hoy se puede perecer por igual en medio de zonas estériles o en otras fértiles que sus pobladores no saben o no pueden utilizar.
El hambre física está regida por un conjunto de intereses –que existen, obviamente, si bien no se muestran claramente– que favorecen el desarrollo de unas regiones del planeta en detrimento de otras. Y las regiones más favorecidas tampoco pueden actuar libremente produciendo lo que les falta a otras: la producción tiene el límite que marcan los mercados internacionales, esas nuevas entelequias que rigen nuestros destinos poniendo precios a las cosas y moviendo invisibles hilos para que esos precios no bajen jamás. Sobran alimentos que no llegan a ninguna parte porque no interesa, porque no hay vehículos para fletarlos, porque su distribución podría provocar matanzas entre los hambrientos; así, es preferible destruirlos o arrojarlos al mar. Sobran donativos que se diversifican en cientos de trámites burocráticos sin alcanzar casi nunca las manos de los necesitados. Sin descartar las nobles excepciones, ha nacido la nueva industria de la beneficencia, que tampoco consigue mitigar el hambre.
Quedan los idealistas, los locos de alma que luchan denodadamente por ayudar a los pobres, a los enfermos, a los miserables, y que generalmente pagan con sus vidas ese intento altruista, intento que muere con la persona ya que no hay ninguna fórmula organizada capaz de canalizar inteligentemente esos esfuerzos.
¿Tal vez porque no cotizan en los mercados?
Mientras tanto, otra parte de la humanidad pasa hambre voluntariamente para adherirse a la moda de las figuras estilizadas; son personas que no saben alimentarse correctamente por mucho dinero que tengan, o que se ven obligadas a comidas de compromiso social, o que desahogan sus penas consumistas con un apetito compulsivo. Este es un atentado contra la salud. El otro, el de la miseria real, es un atentado contra la vida.
Cada tanto recibimos una llamada a la conciencia con fotografías tétricas -y desgraciadamente bien reales- de niños esqueléticos, de madres descarnadas incapaces de alimentar a sus bebés, de hombres que no pueden tenerse en pie y mucho menos hacer un trabajo físico. Esas imágenes nos llegan desde los restos históricos de las tan odiadas colonias y de los hoy dignamente considerados países independientes. ¿Independientes de qué o de quién? ¿Quién los sigue sojuzgando a la sombra, dejando que se maten entre ellos en luchas tribales, étnicas, religiosas?


Hambre energética
No es que existan vampiros que chupen la sangre a la gente y la dejen sin energía. Hay otras formas de dejar exhausto al ser humano.
El dinero es una forma de energía; es el resultado del trabajo de millones de personas que apenas manejan en parte ese dinero y lo que pueden adquirir con él. Hay una maquinaria que absorbe trabajo y dinero y, por lo tanto, la energía humana, produciendo esta otra forma de hambre.
Hay poderosos grupos –de los que poco y nada sabemos– que manipulan el dinero. Hay impuestos elevados que agobian a los que trabajan, sin que los resultados de la aplicación impositiva sean siempre evidentes para los afectados.
La energía humana está pobre, muy pobre. Otra vez hay esclavos, si es que en algún momento dejaron de existir. Los nuevos esclavos son los que no pueden parar de trabajar cada vez más horas para tener las mismas o menos cosas que cubran sus necesidades; sus amos no se dejan ver pero no por ello son menos crueles que aquellos de las novelas que todavía circulan en kioscos y librerías. Los nuevos esclavos son los jóvenes sin experiencia, son los mayores que mendigan trabajo porque no hay sitio para ellos, a menos que el sitio sea una bien disimulada explotación; son los que deben soportar todo tipo de humillaciones para mantener un puesto que les permita ganarse la vida o mantener un estatus que es la exigencia de valorización en determinadas sociedades.
Y también siguen existiendo los otros esclavos, los de siempre, los seres humanos que se venden y se compran, los que pasan por las manos de unos y otros amos, los que son engañados con paraísos ficticios para acabar encadenados en ciénagas inmundas en medio de las más sofisticadas capitales del mundo. Son los que viven peor que los animales y a los que se mata sin piedad cuando ya no sirven para nada.
El aire es energía y tenemos hambre de aire puro. Cada vez respiramos más porquerías y estropeamos alegremente la atmósfera, bien porque así se obtiene más dinero o porque así lo requieren las pruebas físicas, químicas o atómicas que desembocarán, por lógica, en más dinero.
Hay una auténtica peste de hambre energética, enfocada ya sea en el aire que respiramos o en el dinero que no tenemos, que se traduce en cansancio, desánimo, fatiga, en un arrastrarse día a día en medio de un presente poco alentador o ante el fantasma de un futuro sin muchas esperanzas.


Hambre sentimental
Hace tiempo que los sentimientos –al menos en los países más civilizados– han sido reemplazados por los instintos. Al no ser los instintos el alimento adecuado de la psiquis, el hombre muere de hambre también en este plano.
Todos sueñan con amar y ser amados, aun aquellos que más lo niegan, y lo niegan por dolor y desesperación, no porque renieguen de ese sentimiento vital e indispensable. Pero todos sueñan con un amor que dure algo más de cuatro días, con un amor que no se disuelva tras una fiesta, unas vacaciones, una copa de alcohol o un ensueño de drogas.
Desgraciadamente no son muchos los que llegan a vivir sentimientos serios y poderosos como el amor, como la vibración que produce la belleza, la bondad o la justicia. La gran mayoría deambula por la vida como mendigos hambrientos, hábilmente disfrazados para disimular una riqueza de sentimientos que no poseen ni saben cómo alcanzar.
El hambre sentimental se llama soledad. No es la soledad física, sino aquella otra interior que hace morir al hombre de sed sin que sepa dónde se halla la fuente prodigiosa para poder beber. ¡Cuántos seres solos hay en este mundo!
Mientras tanto, el mercado internacional que todo lo abarca, nos vende mil simulacros y espejismos de compañía que, una vez disipados, nos dejan más solos, más defraudados y más anestesiados para salir de esta miseria. Pero, ¿cómo salir si no llegamos a verla ni entenderla? Se siente, se acepta a veces, se niega otras, pero no se sabe de dónde viene ni cómo combatirla.
También en el ámbito de los sentimientos hay tristes esqueletos de solitarios: los niños abandonados y maltratados, los ancianos que nadie quiere tener en su casa, los enfermos insoportables... Y mientras tanto proliferan los “gordos” de emociones ficticias y burdas, de vicios y violencia que, lejos de alimentar el alma, más la brutalizan y la entorpecen hasta dejarla en los huesos.


Hambre intelectual
En este terreno faltan igualmente los buenos sentimientos. Hace mucho que no existen ideas, ideas puras, sanas, eternas, dirigidas al desarrollo de la mente. No, el mercado sólo ofrece planes y proyectos, sofismas baratos y vulgares entretenimientos.
Existen excepciones, lo sé, pero son tan pocas....
La literatura debe contener carroña para estar a tono; la poesía debe eliminar la rima y el ritmo para ser libre, el teatro debe mostrar las miserias de la vida, la locura o la risa fácil que nada resuelve; el cine se complace en imágenes que nos distorsionan sin darnos respuestas; el que pinta, embadurna y el que esculpe, escupe en nuestro ya degradado criterio estético. La Filosofía desaparece de los programas de estudios y la Historia ha llegado a su fin...
Entonces, ¿quién piensa en qué?
El hambre que padecemos, más que intelectual, es mental, racional, moral, espiritual. La tan mentada diferencia entre el hombre y el animal –¿raciocinio?– se advierte cada vez menos; al contrario, son los animales los que se toman como ejemplo de fidelidad, habilidad, supervivencia y concordia con la Naturaleza.
Si pensáramos de verdad, no pasaríamos tanta hambre.


Epílogo
Creo sinceramente que hay momentos difíciles en la historia de la humanidad, que hemos hecho daño a nuestro planeta y que no debe extrañarnos la reacción negativa con que nos encontramos, que no siempre son buenas las cosechas y que muchas veces falta el agua, que llueve poco o demasiado, y que los seísmos nos sacuden sin piedad. Pero el hombre, siempre que ha salido adelante, ha comenzado por pensar. Salió de las cuevas pensando y construyó las ciudades pensando. Se hizo adulto pensando y se acercó a los dioses con la mente y la intuición. Pensando encontró sus mejores sentimientos y les dio expresión. Pensando recuperó la energía cuando se sintió oprimido y pensando supo sembrar y recoger frutos del suelo.
El mundo tiene hambre porque está dormido. Nadie puede producir ni comer mientras duerme. Nos corresponde abrir los ojos, allí, alto, donde está nuestra cabeza, abrir el corazón y las manos y la abundancia vendrá hacia abajo. Pensar, sentir y actuar para que desaparezca el hambre.


Delia Steinberg Guzmán (Directora internacional Nueva Acrópolis)